Unos niños muy ociosos gastan una broma terriblemente cruel a su profesora, ésta consistía en que Daniel, como se llama nuestro pequeño protagonista, se tumbaba en el suelo con un tipo de tinta roja espesa en la cabeza para simular sangre, por cierto muy bien conseguido el efecto, además, una silla volcada al lado de Daniel, aparentaba haber sido el arma del delito con la que otro alumno le propinara un gran golpe en la cabeza.
VEAN LA REACCIÓN DE LA PROFESORA...