En Pensilvania, se llevó a cabo un funeral poco convencional para un amante de la comida rápida. David Kime, residente de la zona, fue despedido de una manera que reflejaba su amor por las hamburguesas y su espíritu único.
Los familiares de Kime compartieron que él vivió según sus propias reglas, por lo que consideraron apropiado honrarlo de una manera igualmente singular en su último adiós.
El coche fúnebre que llevaba el cuerpo de Kime encabezó una procesión poco común: una visita al drive-thru de Burger King. Sí, así como lo lees. Durante el servicio, se detuvieron en el restaurante para que Kime pudiera disfrutar de una última hamburguesa, su comida favorita.
Según reporta The York Daily Record, una hamburguesa fue colocada sobre su féretro en el cementerio como un gesto final hacia su pasión por esta comida. Su hija, Linda Phiel, compartió que esta elección fue una forma alegre de recordar a su padre y celebrar las cosas que le trajeron alegría en vida.
Margaret Hess, la gerente del restaurante, y su equipo prepararon 40 hamburguesas para la procesión fúnebre, destacando la lealtad de Kime hacia el establecimiento "hasta el final".
Este singular homenaje demuestra que cada despedida puede ser única y reflejar la personalidad y los intereses de quien se va. Desde SinJustificativo.com, te invitamos a seguir explorando historias peculiares como esta. ¡No olvides seguirnos en redes sociales como "Sin Justificativo" para más contenido fresco y entretenido!
